lunes, 18 de febrero de 2008

me iré - me voy - me fui

Dice la historia...

Hacia 1386, cuando los aztecas ya estaban asentándose en lo que es hoy Ciudad de México, por encargo del Príncipe Elector alemán Ruperto I, el filósofo nominalista holandés Marsilio de Inghen funda la Universidad de Heidelberg, que habría de refugiar a los teólogos, filósofos y juristas disidentes del papado de Avignón, los cuales a su vez, habrían sido expulsados de la gloriosa Universidad de París. Su lema para la universidad será "semper apertus", ya que el libro del conocimiento está "siempre abierto". Luego vino la imprenta, la electricidad, The Beatles, don Francisco y las filas para cargar la tarjeta BIP. Pero la Universidad de Heidelberg sigue allí, semper aperta, sobre todo para los sudacas que deciden partir de intercambio.

Lo que por abril del 2007 era una mera idea, hoy empieza a corporizarse -se determina, para los hegelianos-. En definitiva, hoy, en algunas horas más, me subo al avión TAM que empujará mi humanidad hasta las tierras de los teutos (o deutschos, según otros autores) y hasta el reducto del connotado -mas nunca bien ponderado- Marsilius Inghensis. Y parto además, con la grata sorpresa que finalmente fui considerado digno para recibir la beca del Baden Württemberg Stiftung, que se me había sido negada tajantemente semanas atrás (la vida es como una caja de bombones).
Parto entonces a mi segunda travesía por tales tierras, esperando que pueda seguir aprendiendo el dialecto ese rústico que hablan por allá y confiando en que le pueda enseñar algo de filosofía a los trogloditas que abundan una nación tan subdesarrollada y culturalmente deficiente como la alemana. Imagínense lo atrasados que están, que en las bibliotecas se encuentran piezas y piezas enteras de libros que tienen más de tres o cuatro siglos de antigüedad. Calculen que una de mis principales preocupaciones será intentar ponerme en contacto con tales civilizaciones, por lo que tendré que volcarme al estudio de lenguas difuntas, como el latín. Espero no tener problemas para moverme en estas localidades saturadas de construcciones arcaicas (ojalá tengan agua caliente), ni para socializar con individuos de tan curiosos, de costumbres tan dignas de ser estudiadas.
No puedo más que coincidir con la profunda frase del sabio pensador y filósofo John Denver: "I'm leaving on a jetplane". Al partir, ni beso ni flor, ni ligero el equipaje para tan largo viaje. Todavía no comienzo a sopesar -y probablemente no lo haga hasta un buen tiempo más- lo que signifique estar 6 meses afuera. Intento recordar qué estaba haciendo hace 6 meses y se me hace que fue una eternidad y media atrás. Imagínense, si la vida es eterna en cinco minutos... ¿¿cuánto será un semestre?? Pero tampoco me importa mucho: hoy por hoy, me quiero subir al avión directo a Brasil-muy probablemente sin rubia-, hacer el trasbordo y estar definitivamente en Francfort. Nada más de "preparativos de viaje" sino viaje in eo ipso!!
No hay mucho más que contar sino compartir estos últimos momentos, de rara intersección entre ansiedad, alegría, algo de incertidumbre, unas cucharaditas de pena, todo esto revuelto por los próximos días que me esperan de movimiento, trámites, instalación, asentamiento, aclimitación, generación de redes sociales, introducción en la visión de mundo, et ceterae. Sólo resta dejar un abrazo muy grande, especialmente a aquéllos con quienes no alcancé a despedirme pesronalmente. Ya estaré mandando, por este mismo método, fotos, videos, aventuras y sobre todo, penshamientosh del viaje para, de alguna manera, poder hacerlos partícipes de esta oportunota que la Providencia me propone. Iré detallando sobre la vida allá, la universidad, los teutones, sus rituales y su precaria cultura. Espero sus comentarios, acotaciones, preguntas, etc. al blog y correillos personales, para que estemos comunicadirijillos y podamos paliar - o apalear - la ilusión de la distancia.
Un abrazo muy grande a todos.
Cristián

4 comentarios:

Ximena dijo...

Cristián, desde ya un tremendo abrazo y beso cargado de suerte y energía para iniciar esta nueva aventura. Sabemos que será todo un éxito.
Alejandro, Ximena e Isidora

Tere dijo...

Amigui,
casi me arrancas una lagrimilla. Te vamos a extrañar cabro leso! Cuídate mucho, escribe tan seguido como puedas y recuerda a quienes dejar por estos lares y vamos estar atentos a tus aventuras.
Un abrazo apretado, lleno de ideas despejadas y buenos deseos!

Luis Placencia dijo...

Estimado: Muchas suerte!!! espero que tengas un buen viaje, y mejor estadía en Heidelberg!!! Ah, dicho sea de paso que Herr Prof. Rodríguez olvida consignar en su cuidada y elogiosa reseña histórica de tan célebre institución, a grandes ex-alumnos de la misma, como Max Weber y J. Göbbels!!!
Más allá de bromas, la verdad es que, como bien dices tu, es una gran oportunidad de aprender, (re-)conocer (perdóname este arranque posmo) una nueva cultura, y principalmente de... pasarlo bien!!!
Ojalá que las cucharaditas de pena, se endulcen con el yogurt Landliebe, y con Apfeltasche!!!, sobre todo ahora que Waden-Wurttemberg auspicia!!!
En fin, eso por el momento. Te envío, sinceramente, un gran abrazo desde el más pobre, pero también más sexy eso sí, Berlin. Espero que pronto nos veamos en tierras teutonas, para compartir una buena cerveza, y ante todo y más importante aún, para que podamos compartir tu alegría!!!

Un gran abrazo desde Kreuzberg 36,
Lucho.

onca dijo...

Hola Cristian: Ha sido un gusto leer todas las alternativas de tu viaje.
Esta mañana se las leí por telefono a la Ua y quedó feliz al saber que te habia ido bien en la "prueba" de alemán y me pidió que te mandara sus cariños. Recién ahora te puedo escribir porque necesité asesoría de la Pili para saber como hacerlo(Para algo sirven los hijos chicos).
Seguire pendiente de tu vida y cuentanos todo, tooodo lo que te pase.
Un beso ONCA.